Sigo enriqueciendo mi guardarropas de invierno gracias a mi máquina de tejer. ¡Es un placer! Todavía tengo una lista de chompas que me falta hacer. Esta chompa era la primera de mi lista de no básicos, ya que las anteriores han sido esta chompa negra y una color hueso que se resiste a ser fotografiada. ¡Cada vez que me la pongo algo pasa y no le tomo la foto!
El rosado es un color especial, muy femenino y llamativo. Cuando yo era chica siempre me decían que me quedaba bien el rosado y me quedé con esa idea. Algo paradójico es que a mi hija no le guste nada el rosado. Yo creo que es su reacción al estereotipo que se ha creado de las "mujeres de rosado" y al que ella se resiste. Su rebeldía innata.
El material es un hilo de algodón super fresquito de la marca Noreli, el mismo que he utilizado en las anteriores chompas. Para las siguientes voy a cambiar de hilo porque quiero algo más caliente para el invierno. Además ya es hora de experimentar con otros materiales.
Esa chompa me est sirviendo un montón, la he hecho bastante holgada para sentirme cómoda y abrigada y combina con todos mis pantalones. Alguna vez, en este post, mencioné que estaba haciendo mi capsule wardrobe inspirada en este blog. Ya hablaré de este tema por acá pero lo que puedo decir es que esta chompa encaja perfectamente con mi ropa.
Últimamente estoy interesándome mucho por el minimalismo. Es una forma de vida que me entusiasma y creo que me brindaría mucha paz y mucho tiempo porque en esa sencillez queda mucha claridad y espacio para hacer las cosas que uno realmente quiere hacer. No lo he aplicado aún porque hay otras personas, mi esposo e hijos, que se verían afectadas por esa decisión así que tengo que tomarlos en cuenta. Piano piano.
Todas estas reflexiones me trae el haber hecho esta chompa. Aunque es hecha a máquina tiene el valor de lo artesanal, de lo hecho con amor y para durar, para ser valorado y para estar orgullosa.
