Decoración de Halloween con murciélagos

A nosotros nos entusiasma mucho el Halloween. Aunque debo decir que en mi país hay sentimientos encontrados sobre esta celebración. Ese día se celebra el Día de la Canción Criolla y hay discusiones por lo que se "debe" celebrar. Además, hay grupos religiosos que opinan que es una celebración de algo maligno y difunden que no se celebre. Otros consideran que es una fiesta extranjera y alienante por lo que se declaran en rebeldía y se plegan a la Canción Criolla. Hay los eclécticos que aceptan todas las ideas y hacen un interesante sincretismo al celebrar la Canción Criolla... disfrazados jajaja.

A mí sí me gusta y he investigado el tema como para sostener que proviene de antiguas tradiciones referidas al cambio de estación (Malinowski) y en ese sentido sería más alinenante la mismísima Navidad que es posterior y sincretismo también de otras tradiciones que, de manera política, se han mezclado. Así son las tradiciones, en la oscuridad de los tiempos se celebraban muy relacionadas a los fenómenos climáticos, luego se fueron transformando en coherencia con las creencias, mitos, cultos y religiones que se fueron sucediendo y llegan a nosotros también relacionadas a las creencias actuales: en nuestro caso el consumismo, se disfrazan, se decora, se regalan dulces, es parte de lo que somos. 

Después de tanta teoría llego al punto. Hemos decorado nuestra sala para Halloween. A los chicos les ha encantado, les ha dado un ambiente festivo en el que se siente que se acerca el día.

Hemos hecho nuestros propios murciélagos. En la web hay muchos modelos, pero yo he hecho el mío con orejitas y más arquetípico, como para darle mi toque personal. He hecho un patrón en PDF para descargar, espero que les guste y lo hagan!

Descargar patrón en PDF aquí

Es muy sencillo. Sólo hay que doblar la cartulina y cortar el patrón a partir del doblez, de tal manera que queden las dos partes iguales. 

Luego los pegamos en la pared poniendo la cinta sólo en el centro para que de un efecto de tres dimensiones.

Podemos colocarlos en grupo como si estuvieran volando en cierta dirección.

Y ya estamos listos para nuestra noche de Halloween.

Enterizo para mi pequeña

 Me gusta ver a un niño en enterizo. Se les ve tan tiernos, cómodos y protegidos que da gusto. Por eso volví a intentar hacer este enterizo, que ya hace unos años le hice a Flavia en rosado suave.

En mi ciudad es difícil conseguir drill en colores claros. Este drill color coral fue el único color cálido que tenían. Lo compré en Gamarra a un excelente precio. 

El patrón es de Burda, es un número antiguo, edición especial moda infantil primavera-verano 93. Soy seguidora de esta revista porque es la más confiable que conozco y está a mi alcance. He escuchado de maravillosas revistas en el extranjero pero que no se consiguen por aquí. Además la Burda me inspira un montón con su visión siempre a la vanguardia. Y soy seguidora desde pequeña, lo heredé de mi madre. Recuerdo cuando, de niña, escuchaba las conversaciones de las grandes sobre tal o cual modelo... 

Es la tercera vez que intento con este patrón, el rosado que mencioné, uno rojo de polar y esta vez. A la tercera va la vencida porque me ha salido mucho mejor. 

El modelo es bastante holgado, da bastante libertad de movimiento y tiene unos lazos en los tobillos que le dan un lindo efecto abullonado.

Le puse unos remaches en la abertura del pecho porque le dan un toque más profesional y porque me satisface mucho usar mi remachadora.

Y aquí está ella, libre para saltar y trepar con su enterizo.

¿Quién lleva los pantalones?

Después de hacer varios pantalones, decidí hacer unos en miniatura y por partida triple. Le he cosido estos a Giuseppina.

Compré este drill de color coral pensando en estos pantalones, pero me ha sobrado suficiente para hacer un overall. Estoy animándome a hacerlo.

El patrón lo hice mezclando lo que más me gustaba de varios pantalones que ya tenía. Elástico atrás, cinco garetas, bolsillos atrás y bolsillos verdaderos adelante, remache con falso cierre adelante y remaches con elástico en los tobillos. 

Le queda exacto, y bastante cómodo porque es holgado, puede saltar y correr con facilidad.

Nos fuimos a un muellecito a tomarnos las fotos, a mi me gusta mucho el mar y quería que se divirtieran un rato y disfrutaran de lo que a mi me gusta. Lamentablemente encontramos nuestra playa favorita, un rinconcito poco conocido, lleno de piedras. Las autoridades han echado piedras a la playa de arena y la han dejado inutilizable para los bañistas. Por otro lado, la excursión al mar les encantó y quieren repetirla.

Aquí está con su hermana buscando cangrejitos. Se puede ver el pantalón por detrás con sus bolsillos.

Aquí les muestro el otro pantalón que hice. 

Éste es de la misma tela de camuflaje que usé para Adriano. Como me sobró un poco, decidí hacerle un pantalón a mi sobrinito. Es idéntico al de Giuseppina. ¡Ya quiero vérselo puesto!

Y este es el tercero, que hice con un retazo que me sobró de un vestido para Flavia. Es un corduroy bordado. Con las justas me alcanzó la tela por eso lo hice más estrecho que el coral.

Al tener bastante textura no necesitaba hacerle tantos pespuntes con la máquina, traté de hacerlo más sencillo.

Aquí lo está usando aunque no se aprecia bien el pantalón. Lo estrenó en una fiesta tipo picnic de un amiguito muy querido.

Un acercamiento al remache en el bajo que le da un toque más femenino.

Y aquí están los tres juntos. Me da gusto verlos así, antes de ir a sus respectivos roperos.

Como la fotografía ha mejorado mi vida

Siempre he visto a la fotografía como algo mágico, desde la primera vez que tomé una foto cuando era niña. Pero la veía como una forma de congelar el presente y luego, pasado el tiempo, poder recordarlo. En ese sentido la fotografía sería un arte a futuro, una promesa para después. Por épocas traté de concentrarme en vivir el presente mejor y más intensamente y sentía que la fotografía lo impedía, porque te detienes y paralizas todo para tomar la foto.

Ahora, desde que retomé esta actividad y lo hice más en serio, he descubierto que la fotografía no es sólo un placer para el futuro sino que interviene en el presente y además deja una huella para el futuro.

Cuando veo todo lo que hace por mí la fotografía pienso que ha cambiado mi vida para mejor. Aquí algunas razones:

1.- Miro más el mundo, con más atención. La fotografía es escribir con luz, hay un mensaje que enviar, por lo tanto es estar atento a patrones, ángulos, puntos de vista, simetría, asimetría, colores, formas y texturas. Ahora observo las cosas con otros ojos, con más curiosidad. Miro los paisajes, la arquitectura, los colores, lo que me rodea con una mirada más "artística" y eso me hace sentir una armonía especial.

2.- Buscas la belleza de lo que te rodea y te conoces más a ti mismo. Cada foto que tomas tiene tu visión de la belleza,  por lo tanto te estudias y descubres qué es lo que valoras como bello. Creas tu propia experiencia estética y maduras en tu propia búsqueda.

3.- Encuentras la perfección de la naturaleza, te das cuenta de lo increiblemente hermosas que salen las flores, las frutas, de cuánto arte hay a nuestro alrededor. A veces no lo valoramos. Hasta el agua es bella, pero las cosas pasan simplemente a nuestro lado y no las vemos, por eso pienso que la fotografía es adentrarse en el presente.

4.- Disfrutas el momento, te quita la ansiedad, no estás esperando que pase ya el momento sino que lo vives más intensamente. Cuando tengo que esperar, siempre me ha gustado hacer algo: ya sea leer o tejer, ahora he introducido algo más: tomar fotos. Estar atenta a lo que la vida tiene para ofrecerme y siempre encuentro algo increíble.

5.- Te relajas, te olvidas de los problemas, sólo agarras tu cámara y empiezas a disparar. Yo siento como si fuera un arma y con cada disparo me olvido de tensiones y me adentro en el momento. Mientras más concentrada mejor la foto o mejor el momento. Es como un diálogo con la realidad. El futuro no existe, por eso pienso que estaba equivocada cuando la veía como un arte para más adelante, no, es puro presente también.

6.- Aprecio más a mis hijos. La fotografía me permite contemplarlos y disfrutarlos en el momento presente. Veo sus caritas, sus rasgos, cómo sonríen o miran a la cámara. Todo esto me hace sentir muy afortunada, para mi es una dicha tenerlos de modelos, sentir que son sanos y felices. En las fotos se eternizan momentos invalorables para mi. Además me ha ayudado a conocerlos mejor, admirar sus gestos y actitudes. Me hace dejar mis prejuicios y me permite observarlos atentamente, es una gran aliada.

Tomemos a la fotografía no sólo como una forma de tener recuerdos en el futuro sino también como una manera de vivir y disfrutar el presente.